lunes, 10 de octubre de 2011

Fernando Bravo en Necochea

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Fernando Bravo, el conductor del programa radial “Bravo Continental” destacó “la libertad absoluta que tengo para trabajar”, y explicó que “el único contratiempo es que “ante un pensamiento crítico que podamos tener cualquiera de nosotros por alguna cuestión que emane del Gobierno central, lo posterior es el hostigamiento, el descrédito, la agresión, la descalificación, la desvalorización y supuestamente, en algunos casos, el pretendido exhumar el pasado en tal o cual periodista que lo único que hace es cumplir con su trabajo, lo único que hace es tener una mirada crítica porque creo, que la mirada crítica es parte del ADN del periodismo”.
Al respecto añadió que “porque para aplaudir están los hechos por sí solos. Si un determinado gobernante genera un hecho positivo para la sociedad, bienvenido sea. Pero está el hecho en sí que realmente representa ese gesto de generar algo en beneficio de la sociedad”
“Acá el Gobierno en muchas oportunidades convoca como si fuera pancartas la Asignación Universal por Hijos -expresó el locutor de Radio Continental- y me parece que es una idea extraordinaria, que es muy bienvenida para toda la sociedad. Era de un partido opositor la idea, y el gobierno la tomó como propia. Eso no está mal. Y me parece extraordinario que lo lleve adelante.
En su paso por Necochea, y respondiendo a preguntas del público durante la presentación de su libro, en la X Edición de la Feria del Libro y de las Artes, el locutor también se refirió a los escraches de los que fue víctima. “Pensé que era una época absolutamente superada en tiempos democráticos, porque la democracia es precisamente eso: los mayores signos de tolerancia ante la opinión diferente a la que pueda tener yo. Ahora si yo opino y tengo una mirada crítica ante determinada situación que se está planteando y como única respuesta tengo que un grupo me persiga tres cuadras gritándome de todo, o que de pronto tenga que salir con custodias de mi lugar de trabajo me parece que estamos distorsionando la idea de lo que es la democracia”, concluyó Bravo.

¿Qué pasó con la droga desaparecida en el Juzgado?

Bookmark and Share La desaparición de un alfiler dentro de un juzgado es, o al menos debiera ser, considerado una irregularidad importante. Ni hablar si lo que falta es material en custodia producto de algún procedimiento. Mucho más si el faltante es droga… Esto último fue lo que ocurrió en el Juzgado Federal de Necochea hace poco más de 10 días y todo lo que se gestó hasta el momento fue un gran manto de silencio alrededor del caso. Todas las puertas del citado juzgado se cerraron a quienes intentan saber qué pasó; si se está investigando, si se sabe algo al respecto. Obvio, todo lo que huela a periodista no parece ser bien visto en el primer piso del edificio ubicado en la esquina de 56 y 61. Vale recordar que hace dos viernes atrás, alrededor del mediodía, un funcionario del Juzgado Federal de Necochea advirtió, y lo hizo saber a gritos, que desconocidos violentaron la cerradura de la oficina en la que había droga y dinero secuestrados durante un procedimiento realizado hace algunos meses. La medida inmediata fue relevar a la custodia del edificio, a cargo hasta ese momento de Policía Federal, y poner en su lugar a efectivos de Prefectura Naval. A modo de prevención hasta tanto se deslinden responsabilidades, tal vez la determinación fue adecuada. Pero lo sucedido es mucho más grave como para tomar únicamente esa medida. Hace falta una investigación tendiente a saber quién se llevó la droga y recuperarla. También establecer el grado de responsabilidad de cada uno dentro del Juzgado. De la misma manera que parece se sospecha de los policías relevados, se impone saber a quién se le ocurrió guardar la droga en una oficina y no en una caja de seguridad. Por el momento hasta se puede pensar que no se trató de una simple distracción. Hasta que se establezca esta anormalidad, todos los integrantes del juzgado son tan sospechosos como los policías de la Federal afectados a la custodia.
El silencio por parte de las autoridades se suma a los comentarios cargados de sospechas. La falta de información no hace más que acrecentar las dudas sobre lo ocurrido. Hay que tener en cuenta que el faltante no fue en cualquier lugar, sino en el mismo sitio donde se debe impulsar la investigación de ilícitos cometidos en la órbita federal. Para algunos memoriosos, conocedores de los movimientos habituales del Juzgado, no pasó desapercibido que los funcionarios que ahora deberían prestar declaración para deslindar responsabilidades, podrían ser los mismos que en otras oportunidades aparecieron al menos nombrados en causas que tomaron estado público. En esos casos, igual que ahora, se cerraron las puertas a todo lo que se pudiera transformar en información. El tiempo se encargó de fomentar el olvido y nadie, salvo los involucrados, supo lo que ocurrió realmente. “Silencio de radio” dijeron en ámbitos policiales. Por citar un ejemplo, antes de jubilarse la primera jueza, doctora Torterola, dicen, comprobó cómo algunos funcionarios facilitarían expedientes a abogados que defendían a involucrados en esas causas. Ello motivó la expulsión del Poder Judicial de quienes aparentemente participaron de las maniobras prohibidas. Avalados por algún padrino político, cuando se produjo el retiro de la magistrada, los sospechosos volvieron a sus cargos. Estos integrantes del Juzgado Federal podrían ser algunos de los que hoy deberían dar explicaciones respecto de la desaparición de las drogas. Otro caso más reciente en el que tuvieron que declarar fue cuando participaron del allanamiento en un departamento en Villa Díaz Vélez, oportunidad en la que fue descubierto un verdadero depósito de prendas de vestir y perfumes ingresadas al país sin contar con el correspondiente sellado de Aduana. La presencia de algún medio periodístico y las imágenes exclusivas que se tomaron en el lugar no pasaron desapercibidas a los involucrados que denunciaron el supuesto tráfico de información proveniente del mismo riñón del Jugado Federal. Entonces los mismos funcionarios se encargaron de frenar todo tipo de información… igual que ahora.