lunes, 27 de julio de 2009

Depredación ictícola y otros derivados


Estudios recientes revelan que las peligrosas consecuencias comenzaron a gestarse en los cercanos años 90



Barco depredador. Fuente: Web


La depredación pesquera es moneda corriente en nuestro país, aunque parece que sólo una minoría, muy chica por cierto, advierte sobre el desastre que se está produciendo. No es nuevo, pero desde la época Carlos Saúl Menem – Felipe Solá, responsables directos de “regalar” nuestra plataforma submarina y con ello la producción ictícola, las embarcaciones pesqueras argentinas deben recorrer más millas para completar la carga.


Como si fuera poco, por estos días se habla de un proyecto de ley que autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a instaurar nuevos planes de reconversión y subsidios para desafectar y desguazar a los buques congeladores o factorías que no tengan permiso de pesca cuestionados o vaciados de nulidad.. Esto es, ni más ni menos, subsidios para empresas ilegales que explotan nuestros recursos y se enriquecen. Es algo así como “darles una mano” a estas firmas que envían el pescado argentino a sus países de origen.


Pero dejando de lado esta realidad, que es de esperar prime el sentido común de los legisladores para que no prospere, vale la pena dar una mirada a nuestro alrededor y ver qué es lo que está sucediendo con nuestra ¿riqueza? ictícola.


Los pescadores de esta región saben que embarcarse significa estar más días fuera de sus casas. Los cardúmenes buscados se encuentran más alejados, aunque ven muchos peces muertos flotando en la superficie del Océano Atlántico, sin que se trate de contaminación.


Reproducción exagerada de algunas aves


En este sentido, hace muy pocos días, la profesora Alicia Fardel, colaboradora de

Investigación Bélgica, alertó sobre a presencia de albatros y gaviotas en Punto Tombo, Chubut. En realidad no por la presencia, sino por su multiplicación exagerada de esas aves que motivó el estudio de biólogos del Centro de Estudios del Medio Ambiente Patagónico (Centap).


A lo largo del gigantesco golfo San Jorge, y en localidades pesqueras aledañas de Chubut y Santa Cruz, los lugareños ven oscurecer el cielo cuando arriban las bandadas de estas aves.


Según la profesora, estos gigantes del aire despegan hacia el mar en busca de comida y la mayor reproducción tiene directa relación con el hallazgo de mas alimentación de manera constante. Los científicos estimas que son cien veces más que en los cercanos años noventa.


La mujer que representa a investigación Bélgica recordó que el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación retiró los inspectores que iban a bordo de los pesqueros y fresqueros que buscaban langostinos. En su lugar pusieron a meros observadores, con un casi nulo poder de policía.


Por su parte, la Comunidad Económica Europea expulsó de sus mares a los buques congeladores que eran altamente depredadores. Ante la imposibilidad de trabajar en el viejo continente, las grandes empresas españolas emigraron hacia la Argentina, donde la depredación es una palabra sin uso.


Alrededor del langostino


Desde entonces, los buques que buscan langostinos sólo se interesan por esta especie, que cuesta en el mercado internacional 18 dólaes el kilo (unos 60 pesos). Sólo por esta cuestión, arrojan al mar la merluza, cazón, abadejo, rayas, y hasta el salmón que caen en sus redes.


Como la merluza es un depredador del langostino –explicó Fardel-, muchos ejemplares quedan atrapados en las redes, son llevados a cubierta y luego arrojados al mar. Pero, como estos peces viven a 80 o 90 metros bajo la superficie, una vez subidos al barco mueren por una normal diferencia de presión. Se convierten en comida fácil de albatros y gaviotas.


Teniendo en cuenta que un solo barco, de 40 o 50 metros de eslora tira al mar alrededor de 10.000 toneladas de peces que mueren (solamente merluza, sin contar centolla, abadejo, cazón, salmón, etc.), es fácil deducir la increíble matanza porque son innumerables los barcos que se dedican exclusivamente a la pesca de langostinos.


Los científicos extranjeros que analizan la multiplicación de gaviotas y albatros dijeron, con resignación: “La causa de semejante mutación en la población de aves no es otra que la enorme riqueza de los argentinos, casi tan grande como su propia estupidez”.


Vaya a saber por qué razón, pero los medios de comunicación no se hacen eco de estas situaciones. Es más probable que aparezca antes en el National Geographic que en noticias periodísticas.








martes, 21 de julio de 2009

Otro veredicto para la polémica


Tribunal que no condenó a Martín Ríos



Martín Ríos, el asesino de Alfredo Marcenac no fue a la cárcel. Para el Tribunal Oral 12 de Capital, no es imputable





Los jueces Ana Dieta de Herrero, Carlos Bruno y Alfredo Rizzo integran el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 12 de Capital y son los que declararon inimputable a Martín Ríos, el hombre que asesino al necochense Alfredo Marcenac en 2006.


Durante el juicio nadie cuestionó la autoría del hecho, como tampoco las heridas que provocó Ríos a otros jóvenes durante el ataque a tiros en medio de la calle, o las otras agresiones de similares características de la que fue protagonista contra un colectivo, un tren, y un bar. No existieron más muertes sólo por casualidad.


Estos magistrados se suman a los tantos que en los últimos tiempos dejan más dudas que certezas en sus fallos. Sólo tuvieron en cuenta dichos de médicos y dejaron de lado otras pericias, oficiales y de parte, de profesionales de la psquiatría, psicólogos, pruebas irrefutables aportadas durante la investigación, el entorno en el que se cometieron los casos que le imputaron a Ríos, y se limitaron a los dichos de médicos para determinar que “el tirador de Belgrano”, como lo llaman, “no es imputable”. Eso sí, el Tribunal dispuso como medida de seguridad “su internación inmediata en la Unidad 20 del Servicio Penitenciario Federal, en el Hospital psiquiátrico Borda” y que “deberá continuar con el tratamiento a cargo de su salud mental hasta que desaparezca el peligro de daño a si mismo o terceros” (¿?).


El fiscal Carlos Giménez Bauer fue claro en su acusación al señalar que Ríos padece un trastorno de la personalidad, pero “esa patología no lo hace inimputable” y solicitó la pena de reclusión perpetua o, en caso de que fuera declarado inimputable (como ocurrió), que permanezca de por vida en un neuropsiquiátrico.


El homicidio de Freddy


Martín Ríos llegó a juicio acusado de homicidio de Alfredo Marcenac, joven necochense que contaba 18 años de edad. Alrededor de las 16.45, el de 6 de julio de 2006, “el tirador de Belgrano” caminó por avenida Cabildo, desde calle La Pampa, en dirección a José Hernández. Al llegar a esta última arteria giró sobre sus pasos, extrajo de su cintura el arma de fuego y descerrajó no menos de 13 disparos. Tiró desenfrenadamente, en todas direcciones. Algunas de esas balas impactaron en el cráneo, tórax y abdomen de Freddy que, inexplicablemente encontró la muerte a más de 500 kilómetros de su casa. Otros proyectiles hirieron a Diego Antonio Claros (en el brazo derecho); a Pablo Jagoe (en el pié izquierdo); a Pablo Arrate (en la pierna izquierda) –los dos últimos también son de Necochea-; a Martín Thiessen (en la pierna derecha); a María José Alvarez (en el brazo izquierdo) y a Jorge Marchesoti (en la pierna izquierda).


También pesó sobre la espalda de Ríos la responsabilidad del ataque al tren de la ex línea Mitre. A las 23,45 del 16 de junio de 2006, cuando disparó su arma de fuego en 16 oportunidades.


El 2 de marzo del mismo año, a las 17, fue observado cuando detuvo su bicicleta en Juramento y avenida Cramer, extrajo la pistola y sin ningún motivo disparó contra la fachada del bar “Balcarce” poniendo en peligro de muerte a Stella Maris Modesto, que alcanzó a correr y evitó ser lesionada. No conforme, Ríos siguió disparando penetrando una de las balas en la pierna de Ana Sanabria Sangiao, quien se encontraba junto a su novio Mariano Andrés García Tejera..


Otro caso que se le atribuyó a Ríos fue el ocurrido el 19 de junio de 2005. a las 18.40. También se desplazó en bicicleta hasta la esquina de Olazábal y Vidal. Tranquilamente extrajo el arma de fuego y apuntó hacia un colectivo de la línea 67, interno 43. Resultaron lesionados el chofer, Oscar Jorda y el pasajero Fabián Aníbal Augeri.


En todos los casos, “el tirador de Belgrano” planificó sus ataques, pero también las vías de escape.

Ríos fue detenido el 14 de julio de 2006 en la localidad bonaerense de Munro, partido de Vicente López, cuando portaba la pistola con la que ocho días antes había cometido el crimen de Marcenac.


Algunos informes que el Tribunal no tuvo en cuenta


Algunos informes que los jueces Dieta de Herrero, Bruno y Rizzo no tuvieron en cuenta:


* "Psquicamente lúcido, orientado en tiempo y espacio, coherente en sus expresiones, sin alteración de la atención y la memoria, juicio y razonamiento conservados, con conciencia de conducta y acto, capaz de discernir sobre sus actos” Dr. Romero.

*"Sabe que es acusado de delito grave, que puede utilizar la declaración para defenderse y que también puede negarse a declarar y/o hacerlo como entienda que mejor le conviene”. Dr. Risso – Lic. Mohito.

* "El interno es manipulador y reticente a colaborar para esclarecer su conducta delictiva y perfil criminológico”. Prefecto Gassini

* "Refiere alucinaciones visuales que no estructuran un delirio franco, se niega a responder sobre ellas”. Dra. Fonrouge.

*"Prorrogar aislamiento (…) conllevaría deterioro de salud. Alojarlo en un sector colectivo sería improcedente porque no hay determinación de cuadro patológico de parte de médicos forenses que habilite el procedimiento”. Alcalde Ayala.

* "Denota esfuerzo por ser incoherente”. Lic. Fonrouge.

* "de la lectura de los autos y en especial de los elementos obrantes en los legajos de salud, no se describen con se describen conductas emergentes de tono patológicos”… “… no se detectaron desajustes de índole psicótica… y no se evidencian elementos que den cuenta de defecto residual y/o deterioro”… “… del análisis del material efectuado y de la posterior lectura de las presentes actuaciones, no se observan elementos que contradigan la posibilidad de que, al momento de cometer el hecho, no haya podido entender…”. Informe psicológico del Cuerpo Médico Forense.

“La impericia de los médicos pesa más tiene más peso que la palabra de la Justicia” y “Ríos fue entrenado para que la Justicia lo declare esquizofrénico y sostienen que en realidad padece un Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP), que no lo hace inimputable”, expresó Mónica Boyssede, madre de Alfredo Marcenac al conocer el veredicto.


“Recordemos bien los nombres de los integrantes de este tribunal, ellos van a ser los responsables en el futuro de lo que pase con Martín Ríos. Seguro van a decir que ya está compensado y lo van a dejar en libertad”, añadió.


Mientras tanto, “el tirador de Belgrano” dejó de ser un ignoto personaje y encontró lo que aparentemente tanto buscaba: notoriedad.