martes, 28 de abril de 2015

La erupción del Calbuco y la profecía de los volcanes

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Hace casi 4 años el volcán Puyehue despertaba y cubría de cenizas desde sus cercanías en Chile hasta la lejana ciudad de Buenos Aires. Lo impensado sucedía rompiendo la monotonía de la zona, y ante su crater no había previsión que pudiera hacer frente a la descarga de su fuerza.
Hoy, nuevamente, un volcán patagónico vuelve a manifestarse cuando aún los recuerdos de aquel suceso no se han disipado.
Usualmente cuando se quiere decir algo “diferente” sobre la reiteración de sismos o volcanes,
inmediatamente  se retruca que son procesos normales y sin ninguna coincidencia. Pero esa “normalidad”, generalmente evita que podamos reflexionar sobre lo que se repite, y el patrón de repetición es lo que despierta la duda permitiendo encontrar nuevas respuestas. Los grandes descubrimientos llegan precisamente, cuando se deja de considerar las cosas como normales y evidentes.

Los mayas y el despertar del sol
Para la mayoría de los sismólogos los terremotos y erupciones son “un fenómeno normal” acorde a la tectónica de las placas, y aunque en algún momento sus manifestaciones puedan ser ligeramente mayores a la media, generalmente se considera que es una incidencia dentro de los parámetros normales.
Sin embargo, en este último tiempo han surgido nuevas ideas sobre el asunto, ya que algunos científicos han encontrado una relación entre las tormentas solares y el movimiento tectónico. De acuerdo a estas investigaciones, existe un impacto en las placas debido al golpe magnético de los rayos solares, lo que hace que se conmuevan las mareas del magma haciendo vibrar las placas tectónicas terrestres. Ello deducido a partir de estadísticas que registran una notable diferencia entre el número de sismos que ocurren durante los años de baja actividad solar frente a los sucedidos en los años de máxima actividad de nuestro sol.
Estos cambios en el comportamiento del Sol, como las eyecciones de masa coronaria, disparan procesos sísmicos en las zonas estresadas del planeta  y por ende, repercuten en un aumento de la actividad volcánica. Incluso el desequilibrio geomagnético produce a su vez, corrientes de convección que ionizan la atmósfera provocando cargas de electricidad estática que alteran el comportamiento de las nubes en las capas superiores de la atmósfera (tormentas y cambio climático). De modo que el viento solar, la magnetósfera y la ionósfera terrestres forman en su conjunto un sistema dinámico complejo, en el que cualquier cambio que se produzca en uno de estos medios, afecta en mayor o menor grado al otro.
Fueron los antiguos mayas o “los cientificos del tiempo”, los que anunciaron en su profecía que los cambios en el comportamiento del sol marcarían el fin de un era para el hombre, reflejando que esta incidencia solar afectaría a todo el planeta, desde el clima y los movimientos telúricos, pasando por la tecnología hasta incluso el comportamiento humano.
Hoy, muchos de esos anuncios se comprobaron científicamente, tal como sucedió con los apagones eléctricos y con los estudios que confirmaron que los vientos solares afectaban directamente el sistema cardiovascular de los seres humanos.
Por eso, lo mejor frente a estos descubrimientos es mostrar humildad, reconocer que los estudios geológicos no son una verdad establecida y que están en evolución, y que quizás las antiguas  fuentes de conocimiento  que nos anticipaban todo esto –como los mayas-, pueden tener en su profecía un nivel de rigurosidad científica que poco a poco se va descubriendo.


Fuente: Fundar hombrenuevo

martes, 7 de abril de 2015

Ver Vaca Muerta como la salvación de todos los males es un doble error

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Varias noticias de estos días dan cuenta de que la tal “solución de todos los males” depositada en Vaca Muerta y la explotación de los hidrocarburos no convencionales es por lo menos un doble error, entendiendo que entre los que plantean esta cuestión hay ignorantes, oportunistas,  lobbistas, crédulos, irresponsables, es decir, una mezcla de intencionalidades.
Naomí Klein, periodista e investigadora canadiense cuyo último libro se titula “ESTO LO CAMBIA TODO, el capitalismo contra el clima”,  ha declarado en forma contundente respecto al cambio climático y puntualmente a la técnica de la fractura hidráulica:
“Reventamos el lecho de roca de nuestros continentes, añadimos toxinas al agua… ”. Añade que el metano se filtra al exterior en todas las fases del tratamiento: procesado, almacenaje y distribución y que su efecto invernadero supera al del petróleo y está a la altura del carbón. Sus emisiones son un 30% más elevadas que las ligadas al gas convencional.
Ahora sabemos por ejemplo que los bebés que nacen en zonas con fracking tienen un 30% más de probabilidades de hacerlo con defectos cardíacos (estudio Universidad de Brown y de la Escuela de Salud Pública de Colorado). También tienen el doble de posibilidades de tener un peso bajo al nacer (MIT).
Klein invoca a una “resistencia masiva” para parar el fracking. La misma resistencia que en el pasado pudo con la esclavitud o consiguió el reconocimiento de los derechos de los homosexuales o la soberanía indígena. Dice que “en 1860 los esclavos suponían el 16% de la riqueza de EE.UU. , la misma que ahora supone el carbono”.
A la vez  una nota publicada en La Nación en el día de ayer bajo el título: “Admite YPF que se complican sus proyectos”. explica que la baja de precios y el aumento de costos hacen más difícil el desarrollo de Vaca Muerta, cuya explotación es más onerosa que la de los recursos convencionales. Aclaramos que es debido a esto que se aprobó el año pasado la reforma de la Ley de Hidrocarburos extendiendo las ventajas para las empresas transnacionales que se benefician practicando fracking pagando míseras regalías si se comparan con lo practicado habitualmente en el mundo. Así y todo parece que esto no alcanza.
Cuesta entender entonces lo que denominamos “el partido del fracking” compuesto por el oficialismo y la mayoría de la oposición que insisten en el desarrollo y el bienestar que llegará a Bahía Blanca de la mano de Vaca Muerta y la YPF Sociedad Anónima dirigida por Miguel Galuccio quien visitara nuestra ciudad en noviembre de 2014 invitado por el Ministro de la producción de la provincia de Buenos Aires. Tampoco podemos esperar mucho de quienes dicen estar en contra pero lo hacen desde una cómoda inacción que en nada es efectiva en la defensa del medio ambiente y la gravedad de lo que está en juego.
Reiteramos una vez más, el fracking no es ninguna solución, y sí nos traerá muchos problemas, la energía es un tema muy serio y más lo es la Soberanía Energética, las políticas públicas deben ir en el sentido de la verdadera estatización y nacionalización de nuestros recursos hidrocarburíferos y del desarrollo de las energías limpias y renovables, pudiendo de esta manera sí abaratar el costo, democratizar el derecho a la energía y diversificar nuestra  matriz energética. Es cierto, para eso hay que plantearse ser un país soberano. Una vez más, Ni aquí ni allí ni en ningún lugar, como sostiene el documental de Luis Rojas.
Llegan también otras noticias en estos días, Alemania no prohibirá la exploración de gas y petróleo de esquisto aunque le pondrá restricciones, así y todo no queda claro si se aprobará el proyecto que ha pasado el primer debate parlamentario. A la vez desde Venezuela el presidente Nicolás Maduro aseguró que propondrá una “prohibición constitucional” de la práctica del fracking, para lo cual se amerita una reforma de la Carta Magna. De llevarse adelante sería el primer país del mundo en prohibirlo desde su Constitución. Algo del sentido común dice que los buenos ejemplos son los que deben imitarse.

Seguiremos entonces trabajando por el derecho a la energía, por un mundo libre de fracking y defendiendo el medio ambiente frente al cambio climático. Es nuestra responsabilidad, es la responsabilidad de todos los argentinos por nuestros hijos y nietos. 

Laura García Vázquez