jueves, 20 de febrero de 2014

Un foco de corrupción: La Liga

Bookmark and ShareViviendas, autos, plantas industriales, campos, cuadros, yates, joyas y cualquier objeto de valor se pueden convertir en parte del abanico de subastas judiciales.

Dentro del universo de las subastas participan el martillero a manera de oficial público y los postores. También suelen aparecer abogados o contadores que acompañan a estos últimos… pero no son los únicos, desde hace años surgen personajes  que, en casi todos los casos, son “el mejor postor”.
Son integrantes de “La Liga”. Siempre trabajaron a la vista de todos y hoy, aparentemente, para participar en la subasta es necesario, casi obligatorio, arreglar con estos sujetos, que se llevan un porcentaje del valor de la venta, cuando no se quedan con el inmueble u objeto que se subasta.
La impunidad con la que trabaja “La Liga” es tal que desde hace muchos años sus integrantes no cuidan mínimamente los detalles. Son conocidos en cada localidad. Por lo general “reconocidos” vecinos, casi llegando al rango de honorables en algunos casos. No tienen problema en “sacar chapa” de La Liga.
Se juntan cotidianamente en algún lugar, que puede ser la vivienda de un chatarrero, el estudio de un abogado, la oficina de algún contador, un comerciante exitoso… cualquier sitio es bueno ya que no es necesario gran espacio físico. Allí se reparten la cobertura de las operaciones en el remate de turno.
“Parece una locura, pero te están esperando en la puerta del lugar donde va a ser la subasta y se ofrecen a comprar por vos por una comisión… y si les interesa la propiedad, se la quedan”, explicó una víctima de esta maniobra.
“Si están operando para un inversor, te hacen la vida imposible para que te bajes de la subasta, inflan el precio de la propiedad hasta que quedás afuera. Y si tenés suficiente respaldo para afrontar el remate soportarás el carácter intimidante, violento y mafioso de estos personajes, que no dudan en mostrarte un arma si fuera necesario”, dijo la misma fuente, que sufrió el asedio al adquirir un inmueble en el centro de Necochea.
“La Liga” es uno más de los focos de corrupción que tiene que ver con el estado de la ciudad. Está aceptada socialmente aunque se sabe que es el negocio de unos pocos que no dudan en utilizar metodologías mafiosas para lograr el objetivo. Es otro de los grandes secretos a voces a los que, lamentablemente la comunidad hace oídos sordos. Es más, es muy difícil que los propios martilleros o agentes inmobiliarios reconozcan abiertamente el accionar de la organización. Tal vez sea hora de que todos entendamos de qué manera se puede ir cambiando la realidad en la que estamos inmersos. 

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